El
aumento de tarifa en las garras de la “corporación eléctrica”
Primera parte
Secheep es monopólica. Por lo
tanto, tiene un mercado cautivo y un gran poder coercitivo para cobrar tarifas
a través de los cortes compulsivos del suministro de energía eléctrica. De este
modo regula el mercado local, sacrificando los derechos de los usuarios. Estos
factores hacen que la empresa cuente con una recaudación cierta y
predeterminada, lo que debiera haber generado que pudiera planificar
tranquilamente sus gastos e inversiones, sin mayores inconvenientes; sin
embargo, no ha sido así a punto tal que está en situación de virtual quiebra,
que no se ha concretado por el auxilio permanente de fondos que recibe del
Tesoro provincial.
Hace ocho años Secheep
recaudaba 700 millones de pesos por año, aproximadamente, a través de una
tarifa marcadamente sobreevaluada, habiéndose registrado los mayores aumentos
durante la gestión del ex gobernador Capitanich, quién desde el inicio aplicó
incrementos en los diferentes rangos del cuadro tarifario, con efectos
multiplicadores en los mismos rangos y asegurando algunos (cargos fijos). Los
montos, ciertos y predeterminados, garantizaron un piso de recaudación para el
sostenimiento de obras, sobretodo el plan de mantenimiento correctivo y de
reemplazo del material eléctrico obsoleto. Entonces, en este contexto, razonablemente
puede considerarse que no corresponde que se aplique –en lo inmediato- el
aumento tarifario que viene anunciando Secheep, más aún tomándose en cuenta las
medidas adoptadas por el gobierno nacional y la frágil economía familiar de
grandes sectores sociales, fuertemente afectada por la alta inflación acumulada
y la brutal devaluación recientemente aplicada, a pesar de que la comunidad no
debe cargar con los resultados negativos de las malas administraciones de los
directivos de la empresa, las que hasta podrían ser calificadas como
fraudulentas en varias etapas durante los últimos ocho años.
Finalmente, si no se
produjeran cambios rápidos y estructurales en la administración de Secheep los
problemas continuarán sin solución y se agudizarán, los que quedarán reflejados
en la repetición de déficits mensuales consecutivos que son financiados con
ayuda del Tesoro provincial y con más cortes de energía eléctrica, que serán
más prolongados y repetidos. El negativo cuadro generalizado que atraviesa la
empresa aconseja su refundación, que aparece como imprescindible para revertir
su profunda crisis y generar –a futuro- resultados positivos en la prestación
eficiente del servicio de energía eléctrica, en lo económico y en lo
financiero.
Corporación eléctrica: los factores perturbadores
La inmoralidad avanzó a
niveles sin precedentes en la historia de las empresas públicas del Chaco y de
otros organismos. La Fiduciaria del Norte es un claro ejemplo, solamente para
citar uno. Desapareció la ética como elemento estabilizador de la conducta del
funcionario público. Es así que la corrupción se mimetizó en las estructuras
cotidianas de las empresas y organismos públicos y, podríamos decir, que ya
forma parte de lo habitual en Secheep. Sin embargo, los ciudadanos que aún
tienen esperanza de un cambio de actitud y creen que existe un futuro mejor no
pueden ni deben aceptar la cruda realidad de Secheep como un hecho consumado e
irreversible ya que es necesario y posible aspirar a que mejore su
funcionamiento y los resultados.
El patrón genético que hizo
posible el actual formato, organización y funcionamiento de Secheep, con
características corruptas, está identificado en “la corporación eléctrica”, que
cuenta con la participación de nuevos protagonistas provenientes de la
dirigencia política y sindical, con la finalidad de dar la sensación de que se
producen cambios. Pero, todo sigue igual. El objetivo aparenta las aspiraciones
de perdurar en los privilegios y negocios, con bastante vocación de poder y
dinero.
Reconocido el elemento
perturbador, en algunos sectores surgieron esperanzas de que las nuevas
autoridades elegidas por el voto popular en 2015 aprenderían la lección de las
pésimas experiencias acumuladas y que no volverían a cometer los mismos
errores. Las esperanzas se extendieron a las expectativas de que se designarían
administradores responsables, distintos, preparados, con mayor idoneidad y
compromiso social, con ética y moral reconocida. Pero, casi todo indica que
aprendieron poco. Todo sigue igual o peor, y los únicos perjudicados son los
usuarios.
Designados por el nuevo gobierno
Solo hizo falta desempolvar
los archivos para reconocer a quienes no debían ser designados para administrar
la empresa. En Secheep la “corporación eléctrica” continua en el Directorio.
Están José Carlos Tayara, que es funcionario de la empresa y está afiliado al
gremio APSECH, Saúl Medero, de Luz y Fuerza, y el agregado de Miguel Ángel
Aquino, funcionario cercano a Omar Vicente Judis, de pésima administración
desde diciembre del 2007. La corporación ha mostrado escasas ideas y ha
generado muy pocas soluciones estructurales. Recurren a la única estrategia que
repetidamente han aplicado, que no es otra que el aumento de las tarifas. El
costo de la ineficiencia generada por “la corporación eléctrica” lo paga el
consumidor. Sin embargo, deberían saber que las dificultades no se corrigen ni
se reconvierten con aumentos tarifarios para sostener el caos, y que la mala
administración tiene en su base los presupuestos indispensables de honestidad,
idoneidad y capacidad en cada función o cargo. Todavía no han descubierto estos
atributos, salvo escasas excepciones.
Los grandes ausentes: los representantes de los
usuarios
Frente a la negativa realidad
de los hechos, conviene recordar que el Directorio debe ser completado con los
representantes de los trabajadores y de los usuarios, que deben ser elegidos en
forma directa por los vecinos -no indirectamente, a través de entidades
gremiales o cámara empresariales- con el fin de que efectivamente contribuyan a
defender los intereses de la comunidad. De ese modo también se podría evitar
que sean cooptados por la “corporación eléctrica” y sus asociados o
tributarios, como tampoco por los intereses que alientan enriquecimientos
personales inexplicables. Secheep atraviesa una etapa de profunda crisis que
inexorablemente puede potenciar o disparar en mayores resultados negativos.
Refundar Secheep
El largo ciclo de crisis,
generado por un sistema burocrático sumamente ineficiente, por el tráfico de
influencias y la corrupción, puede extenderse por largo tiempo sin solución de
continuidad, salvo que el gobierno provincial resuelva refundar la empresa,
para lo cual deberá modificar sustancialmente las metas, las ejecuciones, los
plazos, la fuente de financiamiento y la generación de resultados totalmente
diferentes a los que se produjeron como derivación de las pésimas
administraciones encarnadas en el Ministerio del área, en el Directorio de
Secheep, en la gerencia general y en la mayor parte de las líneas de toma de
decisión y de ejecución de las acciones y de los programas del gobierno.
Mientras esto no ocurra, Secheep seguirá siendo marcadamente deficitaria en lo
económico, en lo financiero y como prestadora del vital servicio de energía
eléctrica, cuyos signos seguirán siendo la fuerte desinversión en áreas
estratégicas, la obsolescencia de todo su sistema, que incluye la red pública
de distribución de energía eléctrica, y sus consecuencias sociales, sanitarias,
educativas, económicas y productivas. Cada corte de luz afecta una o todas las
actividades humanas reseñadas en estos cinco aspectos, que es lo mismo que
decir que el atraso que caracteriza a Chaco continuará por varios años. Los
gobernantes saben que esta provincia acumuló un atraso de una vez y media confrontados
con los indicadores de las provincias que integran el país central, medidos a
través de la aplicación de los indicadores de desarrollo humano y social. Por
el camino que vamos, es posible que la brecha se amplíe, o sea que el atraso
sea mayor en el curso de los próximos años. Sin energía, no se puede avanzar.
Es imposible encarar procesos colectivos de crecimiento y desarrollo, sobre
todo con justicia y equidad social.
Centro de Estudios Sociales Nelson
Mandela