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el Martes, 25 Marzo 2014 14:43El
Consejo de la magistratura que evalúa a los aspirantes a jueces, debe saber
apreciar entre las aptitudes del juez está la de ser expeditivo, dinámico,
imparcial, con vocación de servicio, estudioso, informado, actualizado, entre
otras condiciones.Quien
se desenvuelva con estas virtudes, no dejará en manos de sus secretarios la
redacción de los fallos; no será permeable a los lobbystas (que en estos jueces
encuentran un campo fértil y propicio para colonizarlos intelectualmente); no
será objeto de presión por el poder de turno, actuará con solvencia y
conocimiento; no emitirá resoluciones que son una vergüenza en cuanto a su
fundamentación jurídica; ni permitiría que se le imponga sentencias, ya que su
cargo se encuentra avalado por la capacidad y autoridad intelectual nombradas
anteriormente.Sin
embargo el burro (con perdón del animal) el haragán, irresponsable, el político
veleta, se inclinará según soplen los vientos con las consecuentes desgracias
para nosotros simples ciudadanos, que debemos ser justiciables. Tener una
justicia con estas características será de temer y violatorio de todos los
derechos humanos de los habitantes de la provincia.Dicha
situación trae concatenado otro problema y es el tiempo que debería llevar la
sustanciación final de un expediente que de acuerdo con la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, una causa Judicial desde que se inicia, hasta que llega a
la Corte Suprema de Justicia de la Nación, no puede durar más de cinco años.
Sin embargo sabemos expedientes que tardan diez, quince y hasta veinte años en
resolverse. Ello ocurre porque como se aseguró en la nota de fecha 18/7/2014,
por el medio periodístico del diario Norte: "Consejo de la Magistratura
por sus frutos lo conoceréis", los jueces no estudian y se toman todo el
tiempo del mundo para resolver, olvidándose que los términos de la vida son
perentorios, que el tiempo transcurre y que cuando se tarda tanto en resolver
una cuestión judicial, ya deja de ser justicia para ser parte de la injusticia.
Este ambiente se da especialmente en derecho de familia o en el derecho
laboral, cuando una jueza (por lo general con problemas de género) por ejemplo,
cuando resuelve el régimen de visita para un padre, los lazos familiares ya
están interrumpidos y el que fue niño puede decidir por si solo qué es lo que
quiere, y también en la justicia laboral cuya resolución llega cuando el
trabajador ya está en condiciones de jubilarse. Colofón; la palabra
"justicia" en lugar de ser una solución se convierte en un obstáculo
para aquel que la sufre.La
realidad, amiga de la verdad, nos demuestra que en estas áreas judiciales,
generalmente nos enfrentamos con jueces intelectual y moralmente perversos, con
graves problemas psicológicos, siendo común encontrarlos emitiendo fallos
deficientes, arbitrarios y mal intencionados. Y de esto, el único culpable y
responsable es el organismo elector. Las instituciones no son el problema; son
los hombres que la integran quienes han perdido la visión de la trascendencia
de sus actos los que pueden llegar a ser de bendición o caso contrario de maldición.El
Consejo de la Magistratura no tiene que analizar los antecedentes políticos o
las relaciones con los consejeros o con el gobierno de turno para nombrar un
juez para tal o cual juzgado. Si queremos una justicia de excelencia,
enfrentando los "molinos de viento", donde los chaqueños estemos
orgullosos de vivir en esta provincia, debemos elegirlos correcta y
honradamente, convencidos de esto: Mas naide se crea ofendido//pues a ninguno
incomodo//y si escribo de este modo//por encontrarlo oportuno//NO ES PARA MAL
DE NINGUNO- http://www.solochaco.com/noticias/index.php?option=com_content&view=article&id=2666:el-consejo-de-la-magistratura-y-la-excelencia-judicial&catid=127:opinion&Itemid=656Miguel
Benito Conde Olgado
DNI 12.343.551
La Carpa de Secheep
martes, 25 de marzo de 2014
El Consejo de la Magistratura y la excelencia judicial
El Consejo de la Magistratura y la excelencia judicial
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